Más allá de las opiniones que cada uno tenga sobre los diarios Clarín y La Nación, sigue siendo un ataque a la ley y a la libertad de expresión, el constante acedio sufrido por estos medios por parte del gremio de los camioneros.
Estos hechos, unidos al vergonzoso apoyo dado por la CGT a las posibles investigaciones de la justicia suiza en torno al titular de esta Central Obrera y su familia, no hacen más que demostrar la intolerancia hacia la libertad de expresión en nuestro país.
El Estado Argentino debe ser garante de los principales derechos que tenemos los argentinos y ponerse al frente del rechazo a estas conductas, aún cuando los sectores involucrados no sean afines a sus políticas, o incluso actúen de mala fe.
La Libertad de expresión, siempre debe quedar por delante de las ideologias, es la principal garantía de los pueblos libres.
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