Río bravo

Allá por el año 2002, la Cancillería de la República Oriental del Uruguay avisaba mediante un telegrama a la Cancillería de la República Argentina, que comenzaba el movimiento de suelo para la obra de la pastera Botnia, frente a la costa de Gualeguaychú.
El gobierno argentino, nunca prestó la suficiente atención a este hecho, tratando posteriormente de tapar dicha omisión apoyando el reclamo de los asambleístas, que decantó hace más de tres años y luego de ser desestimado por las autoridades de ambos países, en el corte total del Puente Internacional Libertador Gral. San Martín, que se mantiene hasta hoy.
El fallo del Tribunal de la Haya respecto del diferendo, determinó que la contaminación del Río Uruguay, no pudo ser probada fehacientemente por la Argentina y que la ROU había transgredido el Protocolo del río nombrado, suscripto hace años por ambas naciones.
Compromete además a las partes, a monitorear la posible contaminación del curso de agua.
Desde ninguna de las dos orillas, los funcionarios se han comprometido seriamente a resolver el problema asegurando la participación de los distintos actores sociales, en un monitoreo conjunto que incluya el interior de la planta y las aguas del río.
Antes, se han ocupado de estrechar lazos mediante el apoyo a cargos en organizaciones sudamericanas a cambio de liberar el corte en el puente.
Así la cuestión, nuestro gobierno cambia en fracción de segundos sus convicciones sobre la Justicia, pidiendo primero que se cumplan los fallos, desconociéndolos cuando su implementación les acarrea un alto costo político y convirtiéndose en querellante ante fueros civiles y penales ,aduciendo delitos tan delicados como el homicidio, contra algunos asambleístas a los que considera líderes, desconociendo la dinámica democrática de estas organizaciones, que distan enormemente de las oscuras prácticas de algunas fuerzas políticas.
Esta situación empeora aún más las cosas ante la grave falta de resolución política de los gobiernos.
El diálogo no florece y el respeto por las necesidades sociales brilla por su ausencia, convirtiendo curiosamente a un curso de escaso caudal, en un Río bravo.

Hornero del Sur