Antes tuvo que enfrentar los miedos más grandes.
Traspasó los peores sufrimientos.
Transitó por las más grandes humillaciones
Cuando su espalda se doblaba ante tanto peso,
cargó aún con las culpas de toda la humanidad,
y finalmente su alma sonrió y nos perdonó.
El está presente en la triste mirada de un anciano.
En la carencia de nuestros hermanos
En la dolencia de los enfermos.
El es el Camino, la Verdad y la Vida,
y sigue entre nosotros para demostrarnos que la muerte,
es sólo un paso hacia la existencia verdadera.
Cuando nos enfrentemos a El, no dudemos en abrir nuestra puerta.
Hornero del Sur
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