sábado, 27 de agosto de 2011

Qué significa puesta en valor?

Esta semana nos ha llegado la información através del periódico 168 horas:

http://www.168horas.com.ar/nota.php?id=4046&t=Alumnos


sobre una investigación que está dirigiendo el Arq Claudio Vekstein, y que están llevando a cabo alumnos de la Arizona State University para, según cuenta la nota, presentar un proyecto de puesta en valor de la zona.


Valorando el valioso aporte que significa la injerencia del Arq Vekstein, discípulo del maestro Amancio Williams y autor de proyectos urbanísticos de gran importancia como el Paseo de la Costa, en Vicente López o la Plaza Memorial , en Rosario, donde se emplaza el monumento a Ernesto Che Guevara,
nos caben algunas reflexiones sobre el significado del término puesta en valor, tan vapuleado en el vocabulario de nuestros funcionarios municipales desde hace algún tiempo.




Según los especialistas en Patrimonio, el remanido término implica una inversión económica importante, destinada a recuperar espacios arquitectónicos de reconocido valor histórico y cultural, revitalizando las funciones de los mismos para conseguir afianzarlos en el inconciente colectivo.








Si observamos el entorno histórico al cual nos estamos refiriendo, que significó el primer núcleo urbano de nuestra ciudad hace más de dos siglos, podemos observar que los funcionarios le dan al término un significado muy distinto al nombrado y que parece más orientado a favorecer negocios para su propia conveniencia.








Qué sentido tuvo el exigirle al complejo La Mora, asentado en el antiguo casco de la estancia de Juan Milberg a orillas del Río Reconquista,
realizar un puente vehicular de doble mano en el eje Esmeralda-Güemes (a escasos doscientos metros del eje vehicular Santa María- 25 deMayo), careciendo este de análisis de impacto ambiental , sacando el puente peatonal que no dañaba el entorno y facilitaba el tránsito de peatones de la zona.



Las calles Esmeralda y Güemes se hallan cortadas hace meses a la espera de un cruce que además, es altamente rechazado por los vecinos del lugar.














La obra del citado complejo, arrasó además con una innumerable cantidad de árboles que significaban un importante pulmón de aire y borrará para siempre las caballerizas del casco de la estancia, que eran los últimos vestigios de la memoria histórica del lugar .










La remodelación de la plaza Rivadavia, a mitad de camino entre la Parroquia de la Inmaculada Concepción y la Aduana Vieja, reemplazó la añosa arboleda por una plaza seca que poco tiene que ver con el entorno histórico del lugar y que subió la temperatura ambiente varios grados durante el verano.








Cabe también preguntar por qué sigue funcionando en el predio de la Fundación Agustín García y contra la voluntad de sus originales propietarios que la donaron para un asilo de ancianos, un hostel de pasaje turístico.











Si poner en valor significa revitalizar el vínculo de las nuevas generaciones con su historia, a través de la revitalización de los espacios que fueron fundacionales para la comunidad de Tigre, estamos haciendo el camino inverso, borrando las huellas de nuestro pasado invocando una falsa controversia entre el necesario progreso y la conservación de nuestra memoria histórica.








Los funcionarios municipales se llenan la boca de una dialéctica que realmente desconocen y que es finalmente engañosa para los intereses de nuestra comunidad.
Los vecinos seguimos esperando un serio debate sobre esta semántica foranea que ha invadido el Municipio en los últimos años y que lejos de ser participativa nos obliga a utilizar nuestros propios recursos, en olvidar desde donde venimos y hacia donde vamos.


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